(Alicante, 1887-1951)
Es el pintor más significativo y original de la primera mitad del siglo XX, periodo con el que coincide su carrera. Educado en la Academia de Casanova y con algunos de sus discípulos, en 1904 se traslada a Madrid, estudia con Joaquín Sorolla y es condiscípulo de Salvador Tuset y Tomás Murillo.
En 1918 expone, en la colectiva del I Salón del Círculo de Bellas Artes de Alicante, pinturas postimpresionistas, en pleno apogeo de su época amarilla. Cuando Sorolla vino a tierras alicantinas para pintar El Palmeral 1918-1919 para The Hispanic Society de Nueva York, Emilio le acompaña, interesándose de nuevo por la obra del maestro.
En 1892 logra un importante éxito con Pueblo de Alicante, en la Exposición Nacional de Madrid, empezando a sonar internacionalmente. En 1926 exhibe en el Ateneo de Alicante, donde llevará a cabo numerosas individuales, distintas obras de su época lumínica, El parral.
A partir de 1927 un nuevo paisaje le influenciará, su amigo Oscar Esplá ha construido su chalet en Aitana. En junio de 1928 permanece durante dos semanas en París con el gran compositor alicantino, tras el cual el pintor busca una forma más sencilla y poética de expresión a base de tonos grises, es su época gris. En 1932 presenta 58 obras en el Ateneo, siendo sin duda su gran muestra, mismo lugar donde en 1936 hará su última exposición individual, con obras que han sido englobadas bajo el concepto de realismo mágico.
Tras la guerra, además de otras presencias, acude a las convocatorias de la Diputación de 1944 y 1946, obteniendo en esta última el primer premio.