El primer depósito del Museo Nacional del Prado aconteció hace más de noventa años. El 31 de diciembre de 1931 la Diputación de Alicante solicitó a la Dirección General de Bellas Artes una serie de obras en depósito para ornamentar el salón de plenos, con motivo de la visita del presidente de la República, el 15 de enero de 1932, para inaugurar la nueva sede de la Diputación, edificio conocido como el Palacio Provincial.
La respuesta fue rápida y, en apenas doce días, se recibieron catorce pinturas procedentes del Museo de Arte Moderno que engalanaron las estancias. De estos cuadros originarios permanecen como depósitos tres: Náufragos de Joaquín Bárbara, Desgraciada de José Soriano y Presentación de Dorotea a Don Quijote de Pedro González. Con el tiempo, al no existir un museo de bellas artes en la ciudad, la Diputación ejerció de lugar de custodia y exposición de estas obras.
El Museo de Bellas Artes, MUBAG, se inauguró en 2001, con una exposición permanente que abarcaba desde el siglo XVI a las primeras décadas del XX. En el año 2012, se decidió apostar por un discurso que potenciara la colección de arte decimonónico, iniciada con las obras remitidas por los pintores pensionados a Madrid y Roma por la Diputación de Alicante.
Así surgió el proyecto expositivo El siglo XIX en el MUBAG. De la formación a la plenitud de un artista, para que el que fue fundamental solicitar en depósito al Prado algunas de las obras premiadas en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes con el fin de completar las lagunas en las carreras de los principales artistas alicantinos como Lorenzo Casanova, Plácido Francés, Heliodoro Guillén, Vicente Poveda, Fernando Cabrera, Francisco Jover, Ricardo Navarrete, Emilio Sala, Francisco Bushell o Antonio Gisbert. Depósito que se enriqueció, por iniciativa del Prado, con la bahía de Alicante pintada por Rafael Monléon y que ilustraba cómo era el puerto de la ciudad en ese periodo.
Madurada la exposición y con la idea de que los artistas de origen local dialogaran con el arte de su tiempo y con otras figuras claves del arte español, se pensó en un nuevo discurso que explorara las principales inquietudes del siglo XIX. Para ello, fue fundamental contar de nuevo con el apoyo del Museo del Prado que, incrementó el depósito en 2021 con ocho obras que ponen en relieve la situación de la mujer, de la familia, de la situación social, de la influencia del exotismo, de la construcción del regionalismo o del paso a la pintura más moderna del siglo XX. Asuntos que trataron Luis García, Federico Godoy, Francisco Maura, Manuel Benedito, Cecilio Pla o Maurice Fromkes.
El último depósito, mayo 2025, es un retrato que realizó Joaquín Sorolla en 1886 a Rafael Altamira. De esta manera se rinde homenaje a uno de los alicantinos más ilustres de la mano del maestro valenciano que, se incorpora por primera vez a la exposición y pone el broche final a unos de los periodos más relevantes de la pintura española.