CICLO DE CONFERENCIAS «DE OBJETO A SUJETO». 11.04.2018

CICLO DE CONFERENCIAS «DE OBJETO A SUJETO». 11.04.2018

Actividad: Conferencia El binomio maniqueo. De la integrada domesticidad religiosa a la mujer fatal 

Fecha: Miércoles 11 DE ABRIL de 2018 a las 19:00h. Entrada libre, limitada al aforo del local.

Conferenciante: Teresa Llácer Viel. Universidad Jaime I

Organiza: Género y Cultura Visual

Colabora: Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana

Lugar: MUBAG, Planta Baja.

Durante el siglo XIX, España formó parte de las vertiginosas transformaciones, fruto de la revolución industrial que, además de agitar los cimientos de la producción, contribuyó a reforzar el compartimento de espacios en la patriarcal jerarquía social burguesa. Esta férrea estructura concedió el espacio de la esfera pública, la racionalidad política, al varón, y relegó lo femenino a la esfera privada, al ámbito estrictamente emocional. La imagen de la mujer permaneció articulada a partir de una potente mirada misógina patriarcal que crearía el ideal del ángel del hogar sobre las directrices de conducta burguesas. De este modo, la sociedad, condicionada por el discurso de los moralistas que asignaban el intelecto al colectivo masculino y la moralidad a la comunidad femenina, articuló su discurso de moralidad alrededor de la mujer, esposa y madre como garantía de la integridad familiar. Esto supuso una inmediata identificación de la mujer con una supuesta debilidad física y emocional relegada al ámbito doméstico.

Sin embargo, otro modelo, totalmente antagónico al del ángel del hogar, se abría paso al margen del esquema de la moralidad burguesa: la prostituta. Denostadas por la comunidad y marginadas de la estructura social, las mujeres públicas eran vistas como el desestabilizador del régimen familiar, piedra angular de la pirámide comunitaria. No obstante, la doble moralidad burguesa mantuvo activa la prostitución pues, la demanda de servicios por parte del varón, no menguó, llegando incluso a excusar estas solicitudes como desahogo de la naturaleza de su sexualidad. Es así como floreció el modelo de la seductora, la mujer fatal y tentadora que permanecía en la sombra y fuera del discurrir de la vida cotidiana y familiar, a la espera de seducir a sus víctimas.

El Museo de Bellas Artes Gravina contiene piezas que, respondiendo a las corrientes de pensamiento y cánones sociales del contexto en que fueron creadas, resultan un interesante objeto de estudio para poner en valor los planteamientos acerca de la imagen de la mujer como ángel del hogar así como su antagonista, la potente seductora relegada al margen de la moralidad social del momento.