(Elche, 1857 – 1932)
Comienza su formación, en su ciudad natal, pero en 1883 recibe una pensión de la Diputación de Alicante para continuar sus estudios en Madrid en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en sustitución de un alumno fallecido, becado por la corporación, Eduardo Dagnino.
En Madrid, además, recibe lecciones de Emilio Sala y se interesa por los grandes pintores del Museo Nacional del Prado, de ahí la copia del magnífico cuadro de Rosales, Testamento de Isabel la Católica.
Su mayor aspiración es ocupar una plaza de pensionado en Roma, para ello debe realizar, bajo vigilancia de un jurado, la pintura de un torso de un modelo de tamaño natural, ejecutado en seis sesiones de cuatro horas cada una.
De los aspirantes, la mayoría de los votos son para Pedro Serrano que consigue la plaza para la pensión en Roma. El segundo lugar es para Fernando Cabrera que se le otorga una pensión de 1.000 pesetas anuales para que continúe sus estudios en la Academia de Madrid. Y, el tercer lugar es para Mariano Antón Serra, de quien se le adquiere, por la cantidad de 1.000 pesetas, el óleo José interpretando los sueños del panadero y del copero. Obra que, a su vez, presenta como meritoria a la oposición.
A lo largo de su vida, recibe premios por sus dibujos de juventud, participa en exposiciones y es nombrado director de la Academia Ilicitana de Bellas Artes. La música es otra de las facetas de su vida, formándose en Elche y París, se convierte en un experto violinista.
Obras:
